Reseña de: Galindo Hervás, Alfonso (2021). Conceptos políticos fundamentales. Un análisis contemporáneo. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales.
ISBN: 97-88-42591-89-02
El siglo XXI está bien entrado pero, parafraseando a Antonio Gramsci, lo viejo todavía no ha muerto y lo nuevo no termina de perfilarse. Los espectros del siglo XX perseveran, aunque cabe esperar que sean más bien parodia de lo que en su momento fue tragedia. Se respira el aire de la decadencia y la repetición de fórmulas desgastadas, como muestra la revista The Economist en su anual Índice de Democracia en el mundo, en el que sistemáticamente retroceden los parámetros democráticos usuales mientras asciende el iliberalismo incluso en zonas geopolíticas que se pensaban un referente (The Economist, 2022). Estados Unidos y España ahora se consideran democracias defectuosas (“flawed democracy”), mientras que los antiguos imperios comunistas de la URSS y China se transmutan en híbridos de economía de mercado y autoritarismo político en los que no está nada claro que la libertad económica termine empujando hacia la libertad política, como esperaba el economista liberal Milton Friedman cuando se desplazaba a Pekín para asesorar sobre reformas de su anquilosada economía burocrática, centralista y planificadora.
En estos tiempos en los que se percibe decadencia política, degradación económica y agotamiento cultural, es cuando más se necesita un mapa conceptual y una brújula didáctica que nos ayuden a orientarnos a través de la niebla y el ruido que nos rodean en forma de cortinas de humo de los medios de comunicación y la cacofonía de las redes sociales convertidas en ágoras más multitudinarias que públicas. La sociedad del cansancio (2012) de Byung-Chul Han, Orden y decadencia de la política: Desde la Revolución Industrial a la globalización de la democracia (2016) de Francis Fukuyama, y Capitalismo progresista: La respuesta a la era del malestar (2020) de Joseph E. Stiglitz son hitos paradigmáticos desde la filosofía, la politología y la economía de ese aire de familia de declive, decrepitud y desolación al que me refería anteriormente.
Por ello, es tan importante que se haya publicado por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales Conceptos políticos fundamentales: un análisis contemporáneo de Alfonso Galindo Hervás, un libro que es también un manual y, a la vez, un ensayo, por lo que tiene diversos usos de lectura, tanto para motivar a la reflexión como instrumento pedagógico y curricular que puede ser usado en las aulas de Filosofía, Ciencias Políticas, Derecho e, incluso, Economía.
Su autor es profesor titular de Filosofía en la Universidad de Murcia y ha escrito, entre otros, Pensamiento impolítico contemporáneo. Ontología (y) política en Agamben, Badiou, Esposito y Nancy (2015) y, junto a Enrique Ujaldón, Diez mitos de la democracia (2016). Es decir, su trayectoria intelectual está orientada tanto al análisis abstracto de pensadores y paradigmas como a la aplicación a la praxis, por lo que tiene el perfil más adecuado para la tarea que se ha propuesto: una panorámica de la Política con mayúscula teniendo en cuenta los acontecimientos políticos más relevantes del día a día.
La metodología que ha usado Galindo Hervás es doblemente pertinente. En primer lugar, ha desagregado conceptos fundamentales en subconceptos que exploran las distintas dimensiones del mismo. En segundo lugar, ha explicado cada uno de los subconceptos según su representante filosófico más relevante. Por ejemplo, el concepto de “Cuerpo político” se desagrega en los subconceptos “Comunidad”, a partir de Ferdinand Tönnies; “Voluntad general”, con Bruce Ackerman; y “Opinión pública”, en relación con Jürgen Habermas. De esta manera, se tratan los conceptos más fundamentales a la hora de orientarnos en la jungla política de este siglo XXI, con conceptos como “Vínculo político” y “Poder político”, y subconceptos como “Contrato”, “Representación”, “Mercado”, “Legitimidad”, “Soberanía” y “Hegemonía”. En la selección de autores entran, además de los mencionados, John Rawls, Hanna Pitkin, Friedrich Hayek, Max Weber, Carl Schmitt y Ernesto Laclau.
Combinando así la tradición más clásica con los debates más actuales, el libro de Galindo Hervás tiene otra gran ventaja: el uso de textos decisivos de los autores mencionados. Y es que tan importante como la explicación del contexto histórico-cultural y teórico de los conceptos seleccionados es mostrar el estilo argumentativo y estilístico de los diferentes autores. En Filosofía es tan sustancial el estilo como en Literatura, al tiempo que es crucial la lógica como en Ciencia. La preferencia por el sistema en lugar de por la historia como perspectiva de exposición, permite un análisis estructural en el que cobra especial importancia la funcionalidad del concepto y la mirada de cada autor respecto a la problemática contemporánea.
La reflexión que plantea Galindo Hervás es tanto analítica como histórica ya que es expositiva, lógica y rigurosa: se parte de una contextualización, se continúa con un resumen crítico, se añade un análisis y se remata con una valoración y comentario final. De esta manera, los conceptos seleccionados por su caracterización inequívocamente filosófica-política y su trascendentalidad en el debate contemporáneo son pocos pero fundamentales, evitando la dispersión y profundizando en los ejes temáticos claves para orientarnos y situarnos en el escenario filosófico-político de la actualidad. A la vez, supone una breve memoria histórica de la tradición desde la que partimos, que nos condiciona hacia el futuro y reinterpretamos hacia el pasado.
El libro tiene una estructura sencilla y diáfana. Se divide en dos partes fundamentales –antecedidas por una introducción que expone los objetivos, metodología y estructura–, referentes a, por una parte, una panorámica de los conceptos políticos, tanto en su dimensión histórica como trascendental, mientras que en la segunda parte investiga los conceptos específicamente dichos ya mencionados. Termina con una conclusión en la que muestra su doble interés, analítico y práctico. De la comprensión y la elucidación, la parte hegeliana podríamos decir, a la transformación, la perspectiva marxiana. Puede ser que el búho de Minerva solo emprenda el vuelo al anochecer, pero ello no es óbice para que deje de cazar ratones.
Mostremos uno de los conceptos analizados por Galindo Hervás: el subconcepto de Mercado dentro del concepto Vínculo político, apoyándose en Friedrich Hayek, sobre todo en su obra cumbre Derecho, legislación y libertad. Si me centro en el mercado es porque es seguramente el concepto más dejado de lado en los análisis políticos habituales. No porque no se trate, sino porque suele enfrentarse al mismo desde la oposición y la dialéctica negativa. Por el contrario, Galindo Hervás ha elegido al representante de la tradición liberal promercado más relevante desde el punto de vista de la filosofía política. Porque Friedrich Hayek, a diferencia de otros intelectuales co aire de familia como Ludwig von Mises, Walter Eucken y Milton Friedman, evolucionó desde sus iniciales intereses y perspectivas de la ciencia económica para convertirse en un filósofo total con aportaciones en el ensayo político (Camino de servidumbre, 1944), la filosofía de la mente (El orden sensorial, 1952), la teoría política (Derecho, legislación y libertad, 1973) y la filosofía social (La fatal arrogancia, 1988).
Una de las grandes cuestiones de nuestra época es la de cómo configurar y representar una comunidad a través de un vínculo político cuando es el mercado la organización económica fundamental. Desde Marx sabemos que el libre mercado «ha arrancado despiadadamente los abigarrados lazos que ligaban a los hombres con sus superiores naturales , y no ha dejado otro lazo entre hombre y hombre que el desnudo interés, que el seco «pago al contado». Ha sofocado el sagrado embeleso de la ilusión piadosa, del entusiasmo caballeresco, de la melancolía pequeñoburguesa en las aguas heladas del cálculo egoísta.» (Manifiesto Comunista, 2001, p.52). Pero ya Adam Smith había tratado de vincular la empatía natural, del ser humano hacia sus semejantes dentro de las comunidades, con el interés propio, que se privilegia en las relaciones de mercado en la sociedad. Hayek, como Smith, y ya antes la Escuela de Salamanca como subraya Galindo Hervás, es capaz de vincular lo económico con lo social, lo jurídico, lo ético y lo psicológico. Galindo Hervás describe a Hayek como una figura renacentista de saberes enciclopédicos en una época en la que suelen ser los especialistas encapsulados en sus burbujas los que predominan. En este sentido, Hayek pertenece a la última generación de eruditos capaces de escribir de economía por la mañana, leer sobre fenomenología por l as tardes y disfrutar de una ópera o un poema por las noches, como sus buenos amigos y, sin embargo, adversarios intelectuales John Maynard Keynes y Joseph Schumpeter.
En concreto, el análisis de Galindo Hervás demuestra cómo la crítica de Hayek al racionalismo constructivista, así como su perspectiva evolucionista, lo llevó a articular un concepto de orden sobre el que surgía el de mercado: el epifenómeno de la emergencia de la espontaneidad social en sus diversos vínculos de mercado y comunitarios. Hayek vivía entre dos liberalismos: el de laissez faire del siglo XIX –que había desaparecido tras el triple desafío de la revolución bolchevique, la hiperinflación alemana y el crac del 29–, y el neoliberalismo que había surgido tras la celebración del Coloquio Lippmann en 1938, cuando se reunió la plana mayor del liberalismo de dos continentes (Foucault, 2009).
La gran aportación de Hayek, por la que terminaría ganando el Premio Nobel de Economía en 1974, es, como señala Galindo Hervás, señalar la importancia de la información y su gestión a la hora de establecer vínculos políticos en sentido amplio. Los precios, por ejemplo, son fundamentales en una economía de mercado porque son los que vehiculizan la información relativa a la oferta y la demanda de un producto. Y esta información que recogen los precios está difuminada entre millones de usuarios en la sociedad. El mercado lo que consigue es vehiculizar toda esa información hacia objetivos concretos de manera espontánea, a años luz de la potencia de cálculo que cualquier oficina de planificación podría nunca desarrollar. Los países que se han desarrollado según una planificación centralizada siguen un camino de servidumbre, como lo denominó Hayek en la obra mencionada, dentro de un paradigma dictatorial en el que reinan la ineficiencia, la escasez, la homogeneización y el mercado negro.
Galindo Hervás, de esta manera, no solo explica el pensamiento de Hayek, sino que lo sitúa en la perspectiva adecuada para comprender los problemas políticos fundamentales en el siglo XXI. Hayek es desetiquetado como “economista” y pasa a ser un “antropólogo económico” (p. 229). De esta forma, el concepto general “Vínculo político” es tematizado según el subconcepto “Mercado”, y este, a su vez, según las nociones subordinadas de “individualismo”, “carácter evolutivo”, “racionalidad limitada”, “desigualdad” y “libertad”. Un análisis detallado de estos nuevos ítems abstractos nos ayuda a comprender el sistema dominante de conceptos transformadores, el paradigma neoliberal, uno de los agentes teórico-prácticos claves en nuestra era. Lo que Galindo Hervás denomina “teología política neoliberal” (p. 233). Este paradigma teológico-político es desmenuzado por Galindo Hervás, mostrando las características decisivas de la obra magna del filósofo austríaco, Derecho, legislación y libertad, el libro que marcó junto a Teoría de la Justicia (1971) de John Rawls y Anarquía, Estado y Utopía (1974) de Nozick el giro político de la filosofía analítica en el siglo XX, estableciendo el punto de vista más liberal frente al socialdemócrata de Rawls y el anarcocapitalista de Nozick, aunque todos ellos tuvieran como central de su concepción el mecanismo de mercado como redistribución eficiente de información. Termina el capítulo dedicado al vínculo político, el mercado y Hayek con una recopilación tanto de las tesis del propio Hayek como de las interpretaciones de las mismas de Galindo Hervás, que son siempre lúcidas, moderadas y pertinentes, dando pie a que el lector tome las suyas propias.
La cita exacta de Gramsci a la que nos referíamos en el primer párrafo es (1975, p. 311)
«Il vecchio muore e il nuovo non può nascere: in questo interregno si verificano i fenomeni morbosi piú svariati»
que se suele traducir muy libremente como
«El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos»
El libro de Alfonso Galindo Hervás nos sirve como antorcha de Prometeo para iluminar claroscuros y tratar de que los monstruos se disipen como espectros de la imaginación, en el mejor de los casos, o asesinarlos (en defensa propia), en el peor.
Referencias bibliográficas
Foucault, M. (2007). Nacimiento de la biopolítica. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.
Fukuyama, Francis (2016). Orden y decadencia de la política: Desde la Revolución Industrial a la globalización de la democracia. Madrid, Deusto.
Galindo, Alfonso (2021). Conceptos políticos fundamentales. Un análisis contemporáneo. Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.
Gramsci, Antonio (1975). Quaderni del carcere, ‘Ondata di materialismo’ e ‘crisi di autorità’, vol. I, cuaderno 3. Turín, Einaudi.
Han, Byung-Chul (2012). La sociedad del cansancio. Barcelona, Herder.
Marx, Karl (2011). El manifiesto comunista. Madrid, Alianza.
Stiglitz, Joseph E. (2020). Capitalismo progresista: La respuesta a la era del malestar. Barcelona, Taurus.
The Economist (2022). “A new low for global democracy”. Recuperado de https://www.economist.com/graphic-detail/2022/02/09/a-new-low-for-global-democracy.
Santiago Navajas
Universidad de Granada
santinavajas@correo.ugr.es