Nunca me abandones: ficción distópica para los seres humanos; realidad actual para los otros animales
Palabras clave:
Ishiguro, filosofía política, bioética, justiciaResumen
La novela de Ishiguro Nunca me abandones (2005) suele calificarse de distópica, asumiendo que refleja una inaceptable injusticia al plantear la explotación de clones de humanos, ‘donadores’ de órganos para sus humanos originales. Empero, el concepto de distopía no puede caracterizar la situación descrita de manera absoluta, pues para la humanidad original realmente no hay un mal funcionamiento social; por su parte, a pesar de padecer enajenación orgánica y la restricción a su libertad, en la novela no hay rebeliones de clones o crisis humanitaria sufrida por los clones. Pudiendo reflejar una utopía, provoca indignación y se categoriza como distopía en el supuesto de que los clones son también humanos o deberían contar como tales, pues así lo parecen. La parcialidad de la categorización distópica revela cierto prejuicio que impide ver que tal es la condición que el ganado enfrenta actualmente en nuestras sociedades. Su explotación no se categoriza como distópica ni injusta, a pesar de que comparte la misma forma de legitimidad en su explotación que los clones (‘para eso son’) y la misma limitación para articular por sí solos la resistencia de manera colectiva y sistemática. Conecto esta reflexión con el análisis de dos ámbitos en los que los animales no humanos son usados para fines no humanos: la experimentación biomédica y la ganadería.
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