Por Félix Redondo
Sobre la demostración de valores universales
Según A. Sen (2000: 281), la mayor crítica cultural de los derechos humanos se basa en la idea del escepticismo de los valores asiáticos, a los que se asocia con un sentido autoritario. Sin embargo, creemos que el autor se olvida de confrontar el debate con otras culturas y sociedades que podrían diferir en su interpretación de los derechos humanos. De hecho, la religión islámica que el autor aborda dentro de los valores asiáticos también se extiende por muchas etnias de África, que también requerirían un análisis.
Por otro lado, el autor utiliza textos antiguos, algunos de carácter sagrado, para demostrar valores universales en la cultura asiática. Pero, ¿no hubiera sido mejor abordar el problema desde el presente recurriendo a textos actuales?
Desarrollo y libre elección individual
De acuerdo a la concepción del desarrollo de A. Sen (2000: 56) como un proceso de expansión de las libertades reales o fundamentales de las que disfrutan los individuos, no cabe duda de que su necesaria defensa no garantiza que todas las personas alcancen las mismos niveles de bienestar, aunque pueda quedar garantizado un umbral mínimo. Y ello es, en parte, porque el desarrollo está encaminado a garantizar las mismas oportunidades a todos los individuos, pero el aprovechamiento real de esas oportunidades tiene un componente de elección individual.
Mi pregunta va dirigida a cómo hacer frente al hecho de que las oportunidades que ofrece el desarrollo no se desaprovechen por las personas.
Derecho positivo vs derecho natural
Explica Amartya Sen (2000: 279) que es mejor concebir los derechos humanos como una serie de “demandas éticas que no deben identificarse con los derechos legales legislados”. El autor aboga, por tanto, por priorizar el derecho natural frente al derecho positivo. Esto queda más claro cuando expresa que “un derecho humano puede invocarse incluso en contextos en los que su aplicación legal parece fuera de lugar” (2000: 279). Sin embargo, el autor no está minusvalorando el derecho positivo en tanto que instrumento de las demandas políticas basadas en el razonamiento ético .
Mi pregunta es si el derecho positivo puede ser un instrumento que impida al razonamiento ético de los ciudadanos pensar más allá de lo legislado. O por el contrario, el derecho positivo garantiza la revisión y crítica ética de los distintos postulados debido a su carácter textualizado y sancionado.
Participación y desarrollo
El debate público y la participación son fundamentales en la elaboración de la política económica y social en un sistema democrático, según Amartya Sen (2000: 141). Más adelante, también explicará que la idea del desarrollo no puede disociarse de la participación del pueblo (2000: 141).
Sin duda, en estas ideas, hay que entender el privilegiado papel que tienen los medios de comunicación para favorecer el debate público y la voz de las posturas encontradas. Entender que el desarrollo necesita de la participación para su consecución es tanto como señalar la importancia de la comunicación como vector de aquel.
Las políticas de cooperación al desarrollo se han olvidado con frecuencia de que los destinatarios de las ayudas son personas con las que hay que favorecer un diálogo y encuentro. Sin la participación del grupo receptor de la cooperación difícilmente puede llevarse a cabo una política social que tenga en cuenta sus verdaderas necesidades. Mi pregunta va encaminada a examinar cuál es el papel que deberían jugar los comunicadores y comunicólogos en la cooperación al desarrollo desde el parámetro participativo.
Comentarios
Derrecho natural Vs Derecho positivo
Respecto al derecho positivo contra el derecho natural, yo creo que es importante regular de alguna manera los derechos que, por otra parte, tenemos por naturaleza. Estoy de acuerdo con Sen en que los derechos deben basarse en un fundamento natural. Es decir, es nuestra propia naturaleza la que dice lo que está bien y lo que está mal, y no hay que dejarse llevar por normas estúpidas que a veces están legisladas y que no tienen sentido, bien por razones anacrónicas, o por razones sociales.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que cierto tipo de leyes solo pueden regularse por el consenso social y que, incluso aquéllas que vienen dadas por naturaleza, necesita un soporte legal para que se pongan en marcha los sistemas de coacción estatal para cumplir con dichas normas.
En resumen, necesitamos el derecho positivo para legalizar (que no legitimizar) el derecho natural.
La cultura, el desarrollo y los derechos.
La cultura para mostrar valores universales
Soy de las personas que no se cree a ciencia cierta todo lo que una persona, sea científico, académico, investigador o mi vecino dicen, por eso leo a Amartya Sen con cautela intentando trasladarme al momento en que él escribió este libro, asemejándolo al tiempo presente. En este sentido, apoyo su visión de los textos antiguos sobre la cultura asiática a modo de ejemplo solamente, y como modelo de estudio. La cultura no es algo presente, sino algo que viene desde el pasado y que evoluciona con el paso de los años de un modo u otro. Por eso hay que trasladarse a otros tiempos para entender el aquí y ahora, eso no quiere decir que nos quedemos ahí estancados, sino que es nuestra labor hacer ese análisis al que Sen no llegó. En este caso, la cultura islámica es muy complicada y aunque sea la misma, creo que se aplica de forma muy diferente en Asia o en África, ya que dada su volatilidad permite lecturas diversas. Así considero que no se puede generalizar en este caso para mostrar valores universales de la cultura islámica, como si se podría hacer por ejemplo con la cultura católica, si hablamos de religión, o la cultura latinoamericana si hablamos de países.
Desarrollo y libre elección individual. El papel de los medios y la educación.
A veces diría que a pesar de la inteligencia que hemos desarrollado como seres humanos, somos “tontos de capirote”. Pero no creo que queramos serlo por nosotros mismos. Para aprovechar esa igualdad de oportunidades que apoya Sen, no sólo basta con tener esa igualdad de oportunidades, sino con tener, además, las mismas opciones de desarrollarlas y esto implica la vuelta a la realidad. Puede que en una constitución aparezca: ‘todos los ciudadanos tienen el derecho a expresarse libremente’, o ‘todos los ciudadanos tienen libertad de asociación o reunión’… y que esto luego no signifique absolutamente nada. Vivimos en el mundo de la titulitis, es decir, en el mundo de las apariencias y de una vida maravillosa de cara a la galería, sin embargo, las realidades son muy distintas. Y aquí quiero resaltar la labor de unos medios de comunicación que intenten ser objetivos y alejados de la corrupción, que acerquen esa información tan necesaria para que un pueblo se desarrolle y conozca por sí mismo. De una educación general, y no atada a una cultura, porque, al fin y al cabo y hasta cierta edad, lo único que conocemos es lo que nos han enseñado y el paraguas bajo el que vivimos…(he aquí una muestra más de las costumbres islámicas contra la mujer; la enseñanza de la religión católica en nuestros colegios, como única religión, e incluso la ideología de ETA, ya sin razón de ser, pero que sigue entre las nuevas generaciones). Con estos ejemplos quiero defender la idea de que si no conoces todas las opciones o varias opciones no puedes desarrollarte libremente y por mucha igualdad de oportunidades que tengas tu camino está escrito, si sólo conoces una nunca podrás mirar más allá de lo que te rodea. El conocimiento sin ataduras a ideologías, culturas o religiones es uno de los caminos para que las personas no desaprovechen sus oportunidades.
Derecho natural vs Derecho positivo
Y estoy muy de acuerdo con lo que dice Patricia, por muchos derechos naturales que tengamos, si no los ampara la ley, tal y como hemos montado el mundo, quedarían fuera a la hora de exigir su cumplimiento. Por lo que apoyo el hecho de que “necesitamos el derecho positivo para legalizar (que no legitimizar) el derecho natural”.