El acrónimo ASAP inglés quiere decir As Soon As Possible (cuanto antes) y ahora quiere decir también Academics Stand Against Poverty (los académicos se alzan contra la pobreza). Se trata de una nueva iniciativa para intentar vincular el trabajo académico relacionado con los problemas de pobreza e injusticia internacionales con proyectos y actividades dirigidas a luchar contra este mal. Los objetivos de esta iniciativa son difundir aquellos trabajos académicos que ya logran esa anhelada proyección práctica de la teoría, buscar vías para que los análisis teóricos puedan llegar a orientar las políticas reales y emprender actividades y proyectos de actuación en los que los universitarios puedan aportar sus conocimientos.
Naturalmente, este afán no carece de precedentes, y una de las virtudes de este foro embrionario es apoyarse en proyectos e iniciativas anteriores de este tipo, como el programa de salud global puesto en marcha y dirigido por Thomas Pogge. Este profesor encarna como pocos el espíritu de este llamamiento, pues tuvo una formación puramente académica como especialista en las concepciones de la justicia de Kant y Rawls, su primer libro editado buscaba las aplicaciones de la teoría de la justicia de este último, se ha convertido después en uno de los referentes para las cuestiones de justicia global y ha puesto en marcha iniciativas como la mencionada anteriormente.
Estoy convencido que lo que más necesitamos para abordar el problema de la miseria y el hambre son mediaciones acertadas entre el conocimiento disponible y el público en general. Estoy convencido de que los países ricos incorporaríamos de verdad a nuestras discusiones internas, a nuestras campañas y a nuestras elecciones el bien común de la humanidad si la gente de la calle tuviéramos información fiable y comprensible sobre las reglas internacionales del juego. Y el público necesita este saber a partir de los medios de información general, sin necesidad de investigar ni especializarse.
Creo que podríamos saber más sobre lo que hacen bien y mal las empresas poderosas, que generan tanto riqueza como miseria, sobre los impuestos que pagan en los países en los que operan, cómo funcionan nuestros buques factoría que pescan por el ancho mundo, cuánta investigación se dedica a las enfermedades olvidadas que sufre la mayor parte de la humanidad, la regulación de las patentes farmacéuticas y muchas cosas más. Un ejemplo: hasta no hace mucho las empresas de los países ricos que explotan recursos naturales en el extranjero podían desgravarse de sus impuestos en sus países de origen el dinero invertido en sobornar funcionarios de los países de destino para obtener contratos. Ahora, al menos sobre el papel, eso está prohibido, y eso es un paso adelante. Cualquier opinión pública que supiera cosas del estilo, las exigiría de inmediato, supongan o no unos céntimos en la factura del gas o la gasolina.
Los académicos especialistas pueden producir trabajos relevantes para lidiar con los mil y un problemas que atañen a la comunidad internacional. Pero el público necesita la pedagogía de los académicos y los periodistas para saber cosas. Y ese conocimiento puede facilitar la adopción de medidas como la que prohíbe la desgravación de los sobornos. Eso es lo que persigue el proyecto ASAP… y que sea cuanto antes.
Esta iniciativa se va a poner de largo oficialmente con dos jornadas que se van a celebrar próximamente, una en la Universidad Yale de EEUU el 23 de abril y otra en la Universidad de Birmingham del Reino Unido el 23 de mayo.
Página de ASAP:
http://conference.academicsstand.org/
Páginas de iniciativas semejantes:
1) Giving What We Can (Toby Ord, Oxford University): http://www.givingwhatwecan.org/
2) Clean Trade in Natural Resources (Leif Wenar, King’s College, London) http://cleantrade.org/sitebuildercontent/sitebuilderfiles/clean_trade_brief_9-10.pdf
3) Health Impact Fund (Thomas Pogge, Yale University) http://www.yale.edu/macmillan/igh/
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pero tengo una pregunta para usted