por Javier Romañach Cabrero

Estos días algunos habréis oído o leído lo que parece un anecdótico caso criminal. Una cuidadora ha asesinado a tres niños con diversidad funcional en una residencia en Boecillo (Valladolid). Entre otras cosas, yo contabilizo vulneraciones de nuestros derechos humanos, por lo que sé que el número de asesinatos en residencias desde 2009 asciende a catorce, a lo que hay que sumar dos homicidios involuntarios.

Yo soy “carne de residencia”, como en el futuro lo seréis vosotros si esto no cambia; y ese cambio consiste en dejar de segregar y encerrar a personas en residencias y proporcionarles herramientas para que vivan en su entorno, una lucha en la que llevo involucrado 10 años.

Tanto asesinato ya no es una crisis puntual, es un error de un sistema que se resiste a cambiar y a dar divertad a sus ciudadanos. Para mí debe haber un antes y un después de este triple asesinato, que me ha inundado de una rabia que sólo he podido expresar así:

http://www.youtube.com/watch?v=d6WHuar0x0o

Si una sociedad se mide por cómo trata a sus colectivos más desfavorecidos, ahí tenéis nuestra medida.

Si os parece pertinente, os ruego su difusión.

Salud y divertad,

Javier Romañach