Una de las cosas que más me enoja en los últimos años, es la afirmación repetida de la idea de que "nadie anticipó la crisis", "nadie podía imaginarlo", y frases así. Es la típica falacia de la repetición. A base de repetir una mentira, pasa subrepticiamente por verdad.
No es verdad que no lo supiéramos. Sobre todo que no lo supieran quienes más se estaban beneficiando de las burbujas y de las creaciones financieras (derivados, productos estructurados, seguros, etc.). Muchos economistas, el más notorio de ellos Stiglitz, lo avisaron ya en los noventa.
La gente corriente, en su inmensa mayoría, estábamos escandalizados por la subida de la vivienda en España, comparada con la subida de los salarios. Los que no éramos promotores o inmobiliarias, estábamos escandalizados de que cualquiera que supiera poner ladrillos, o que tuviera un terrenillo, o un amiguete concejal, y relativa poca vergüenza, se volviera millonario de la noche a la mañana. Yo creo en las virtudes del libre mercado, pero era evidente que aquello no era el fruto del ingenio o el mérito, ni siquiera de la escasez, era fruto de un estado de cosas (créditos baratos, legislación urbanística, permisividad con bancos y cajas) que distorsionaba el funcionamiento normal del mercado. Si esto era evidente para todo hijo de vecino ¿no lo era para los expertos que tenían todos los datos y miles de herramientas de análisis?
El mantra del "no lo sabíamos" es la excusa más mala y vieja que existe. La usaron las tabacaleras para tratar de evitar indemnizaciones (puede verse la peli "The Insider" sobre el tema, con Al PAcino y Russell Crow). No sólo sabían que la nicotina es una de las drogas más dañinas y adictivas, sino que potenciaron su efecto con químicos aún más tóxicos. La usó Monsanto en varias ocasiones (por los PBCs, las hormona del crecimiento bovino, etc.). Puede verse el documental "El mundo según Monsanto". Claro que Monsanto sabía que los PBCs, por ejemplo, eran muy tóxicos, pero aún así los fabricaba y comercializaba. Y luego afirmaban muy compungidos que lo hicieron de buena fe y que "no sabían nada", o "no tenían datos concluyentes".
Una excusa que no sirve para librarse de una multa de tráfico, ni de la menor sanción por la falta más ridícula, se usa tranquilamente para explicar por qué se han cometido fraudes y consentido una gestión negligente que ha dañado a todos. Y sirve además para justificar que el coste lo tenemos que pagar entre todos, porque, claro, los responsables "no lo sabían".
La próxima vez que me pille un radar a 135 por hora, alegaré que nadie podía anticipar que la DGT iba a poner una cámara justo en aquella curva, a ver si cuela y me pagan la multa los contribuyentes.