por Emilio Muñoz
Desde hace seis años vengo coordinado un curso sobre Ética y Valores en la Ingeniería en la Escuelas de Minas de la UPM (UESEVI, Unidad de Emprendimiento Social, Ética y Valores en la Ingeniería), en el que ante la opción de aplicar diferentes tipos de éticas como:
Ética principialista: basada en principios, deontologías o códigos de conducta, muy aplicada en el sector de la medicina y la salud; utiliza valores entitativos (se les atribuye un valor absoluto como la vida, la muerte).
Ética ludita: de carácter hedonista, opuesta a los avances tecnológicos, surge en la revolución industrial (1811-1812),de corta vida. Recuperada por el movimiento ecologista para denunciar el impacto negativo de la ciencia y la tecnología sobre el medio en que vivimos: pérdida de la biodiversidad, contaminación del medio (aire, agua, suelo) ,desarrollo sostenible, impacto ambiental, efecto invernadero. Es como una“ Rebelión contra el futuro”: recurre a valores pre-entitativos.
Ética utilitarista: la utilidad definida como lo que es valioso para cada individuo. En economía, se busca el beneficio, la ventaja, el placer, el bien, la felicidad. En filosofía moral, se persigue la felicidad, el bienestar, “máximo beneficio para el máximo número” .Se basa en valores posesivos(a los que se les puede cuantificar, valorar comparativamente en suma).
Se opta por aplicar una Ética consecuencialista: busca determinar la bondad o maldad de un acto a través de las consecuencias que resulten. Valora costes frente a beneficios, explora el análisis caso por caso y se apoya preferentemente en valores posesivos.
En el conflictivo y complicado momento de crisis sistémica global se han identificado “Paradojas” que se reflejan en un Decálogo de los nunca expuestos a continuación:
* Nunca se ha evocado e invocado más a la ética y nunca ha habido más transgresiones a la ética.
* Nunca ha sido más necesaria la política y nunca ha sido más degradada y rechazada la política.
* Nunca ha habido más promoción de un consumo desaforado y nunca ha habido más necesidad en cuestiones básicas para una proporción creciente de la sociedad.
* Nunca ha habido más declaraciones acerca de la verdad y la falsedad y nunca ha habido más ignorancia y mal uso acerca de lo que significan estos conceptos y se ha despreciado más el derecho a la verdad.
* Nunca ha existido una mayor sacralización del dinero como valor y nunca ha habido más miseria, no sólo económica sino moral.
* Nunca ha habido más adoración por la libertad y nunca se han producido más agresiones al libre albedrío: ni siquiera en períodos donde proliferaban los regímenes dictatoriales porque ahora existe una dictadura global (la del capitalismo desbocado).
* Nunca se ha hecho en el mundo más esfuerzo y se ha luchado más por alcanzar la democracia y nunca ha habido más ignorancia y desprecio por lo que significan la democracia y su ejercicio.
* Nunca ha habido más facilidad y más medios para el acceso a la información y nunca ha ocurrido una manipulación mayor de los mensajes y en sus estrategias de transmisión. Esto ha conducido a lo que hace una década definí como “clonación social”.
* Nunca se han reconocido más las necesidades y las aspiraciones sociales en educación, cultura y sanidad pública y nunca han acontecido más iniciativas conducentes a limitar su consecución y su ejercicio.
* Nunca ha existido más necesidad de regulación por el propio desarrollo tecnológico y el creciente poder de lo financiero y nunca se ha reclamado y promovido más desregulación , por cierto con resultados catastróficos.
Reflexiones y ajustes en el contexto 2010-2013.
En el contexto de crisis sistémica global, conflictivo, complejo, desestructurado, las aplicaciones éticas no pueden ser simples ni directas.
La ética consecuencialista es la que más sentido conserva en situaciones tan poliédricas como las que se dan en la sociedad global en crisis económica/ financiera en que estamos.
Sin embargo, la gran complejidad contextual y la diversidad de agentes implicados conducen a la necesidad de recurrir al concepto de interéticas.
La aplicación de este concepto que requiere comparación e integración de éticas que corresponden a los actores que intervienen, a las dimensiones éticas que ellos seleccionan y a las dinámicas que aplican, es cada vez más útil en mi opinión.
No obstante lo dicho, no es suficiente aplicar las dimensiones y dinámicas éticas basadas en la responsabilidad y el análisis consecuencialista, sino que hay que tener cuenta los espacios en los que se aplica la opción ética. Puede tener pleno sentido cuando estamos en espacios científicos y técnicos.
En un espacio en el que haya repercusiones económicas como las que se están sufriendo por la ciudadanía hay que dar pasos: hay que seleccionar valores como armazón sobre el que se pueda aplicar la receta de las dinámicas interéticas basadas en la responsabilidad y el análisis consecuencialista.
Aunque la elección de valores es un proceso reflexivo que requiere tiempo, y que debe tener lugar individualmente, para que se avance en la articulación en un espacio de colectivización solidaria, me atrevo a avanzar algunos: derecho a la verdad, regulación en y para el ejercicio de la libertad, la capacidad empática, la responsabilidad global e interactiva.
Emilio Muñoz
1IIC, CIEMAT y UESEVI, Escuela de Minas, UPM
[Publicado también en Fundación CIVES: http://fundacioncives.org/comunicacion-articulos-opinion-crisis_actual.php]