En esta entrada vamos a presentar la neuroética. Siguiendo a Adina Roskies en "Neuroética para el nuevo milenio", se refiere a dos empresas distintas pero relacionadas. Por un lado tenemos la neuroética como una ética aplicada, es decir, tratar de ver desde una perspectiva ética los problemas que surgen en el estudio científico del cerebro, así como reflexionar éticamente sobre las tecnologías que puedan derivarse de ese estudio científico. A esto es a lo que Kathinka Evers ha llamado neuroética aplicada (en su libro "Neuroética, cuando la materia se despierta"). Por otro lado, tenemos la dirección inversa: tratar de ver en qué puede ilustrarnos el estudio del cerebro sobre la moralidad. En principio esta empresa, que Evers llama "neuroética fundamental" tiene que ver con una aproximación descriptiva de la ética, más que normativa, como nos señala Jesse Prinz (en este video, en inglés).
Tenemos, entonces, una división de la ética en cuatro campos: En primer lugar, tenemos la metaética, que se encarga de tratar de entender las presuposiciones y compromisos epistemológicos, metafísicos, semánticos y psicológicos del lenguaje, la práctica y el pensamiento moral. Está en una relación con la moral similar a la que tiene la filosofía de la ciencia con la ciencia.
En segundo lugar tenemos la ética normativa. Esta concierne a los criterios por los cuales decidimos si algo es correcto o incorrecto. Para ello, la tarea fundamental es determinar cómo llegamos a los criterios morales más básicos y cómo los justificamos. Se ocupa de buscar un test ideal cuyo resultado sea una clasificación adecuada de las acciones en correctas e incorrectas. Algunas de las respuestas más famosas a ese test son el imperativo categórico kantiano o el principio de utilidad.
En tercer lugar la ética aplicada. Como vemos en distintas secciones de este portal, la ética aplicada se ocupa del análisis de cuestiones morales específicas y en muchas ocasiones controvertidas. La cuestión fundamental es aplicar los principios de la ética normativa a esos asuntos concretos. Como hemos dicho, una de las ramas de la neuroética se encuadraría en este campo. Y se ocuparía de cuestiones tales como las cuestiones de privacidad de los sujetos de experimentos neurológicos, la adecuación de determinados experimentos (por ejemplo la pregunta "¿Es correcto usar los resultados de la neuroimagen en los procesos judiciales?"), las cuestiones que tienen que ver con la posibilidad de mejorar el cerebro ya sea en términos intelectuales (por ejemplo, si encontramos una tecnología que sea capaz de hacernos más inteligentes) o en términos sociales (si encontramos una tecnología que sea capaz de hacernos más sociables, o más considerados con los demás), y otras cuestiones de naturaleza similar.
Y en cuarto lugar, lo que podemos llamar ética descriptiva. Las cuestiones fundamentales de este campo son la génesis de la moralidad y la explicación de la forma en que la gente piensa y actúa moralmente. Puede haber varios enfoques a la hora de responder a estas preguntas. Uno de ellos es la neuroética fundamental. Resultan de mucha utilidad los resultados de otros campos del saber en esta cuestión, como son la neurociencia, la psicología, la filosofía de la mente, la antropología, la lingüística, etc. En los últimos años los neurocientíficos y los psicólogos han comenzado a interesarse por las cuestiones morales, y por el estudio de éstas desde un punto de vista científico, con las herramientas de investigación que hoy en día poseemos. Por decirlo de algún modo, hoy podemos "mirar" dentro del cerebro, y ver qué hay. En este campo confluyen filósofos que vienen de una tradición ética y también filósofos cuyo interés fundamental ha sido la filosofía de la mente, pero que han visto en este ámbito la posibilidad de aplicar las cuestiones clásicas de la filosofía de la mente al estudio de la moral. Las cuestiones de las que se ocupa son, por ejemplo, la cuestión de la libertad y la responsabilidad moral, cuestiones de agencia moral, el estudio del razonamiento moral, del modo en que hacemos juicios morales, o del papel que las emociones tienen en el proceso que nos lleva a producir juicios morales.
Resulta interesante ver cuáles son las relaciones de los cuatro campos entre sí. Algunos neurocientíficos han sostenido que en base a conclusiones extraídas por la ética descriptiva (basadas a su vez en la neurociencia y los estudios de la psicología moral) podríamos llegar a una "ética universal". En caso de que lo hicieran así, ¿sería correcto? ¿estarían cometiendo algún tipo de falacia, como la naturalista?
Una de las cuestiones básicas que subyacen a estos problemas es la de situar (o resituar) la razón. La idea fundamental es que las neurociencias amenazan la noción de que la razón es completamente independiente de los sentimientos, y de que puede ser el "capitán del barco". Así, algunos neurocientíficos dicen, por ejemplo, que el libre albedrío es una ilusión, y algunos filósofos y neurocientíficos sostienen que la razón no juega ningún papel en la toma efectiva de decisiones morales ni rige el comportamiento. De esta discusión derivan otras sobre la autonomía, por ejemplo.
En este blog nos ocuparemos de cuestiones relativas a la neuroética fundamental, poniendo un especial énfasis en las cuestiones que tienen que ver con el efecto de las emociones en el comportamiento moral.
Como ven, el debate está servido.
Fuentes:
- Evers, Kathinka, Neuroética, cuando la materia se despierta, Katz editores, Buenos Aires, 2010
- Levy, Neil. "Introducing Neuroethics", Neuroethics, 2008, 1, pp. 1-8
- Prinz, Jesse, "Is this a good moment for ethics?"
- Roskies, Adina, "Neuroethics for the new millenium", Neuron, 2002, 35, pp. 21-23
Comentarios
interesantísima presentación de la sección de neuroética
Muchas gracias, Carmen Adriana, por una presentación tan concisa y útil de esta nueva disciplina, que con tan poco recorrido nos ha llevado tan lejos. Muy prometedora tu sección. Gracias
Ladrón de Cerebros
Muchas gracias por poner una visión a mi parecer clara de lo que hoy en día se comenta. Hay un libro que habla sobre el libro que nos habla un poco de los experimentos que hoy en día están realizando los científicos en tema de la neurociencia. Me parece muy fuerte romper el paradigma del libre albedrío y cambiarlo a un esquema de ilusión, entonces tenemos un destino ya marcado? Me encantará seguir tus comentarios. Gracias.
Comentario de Adrián Agreda (al post "presentación de neuroética")
Muy esclarecedor el artículo, muy bueno. Resulta interesante constatar que tanto en la neuroética como en la ética de la economía se distinga el doble influjo o la doble relación que existe. Por un lado la ética como discurso existiría antes que el campo en el que se aplica, que el discurso aplicado, pero por otro lado el campo en el que se aplica resulta positivo para la elaboración de ese discurso. Creo que Amartya Sen decía que había llegado el momento en que el discurso ético y el económico debían beneficiarse mutuamente. Encuentro sumamente interesante este carácter peculiar de la ética.